lunes, 6 de agosto de 2018

STARSTODAY

Publicado por Sweetie en 21:40
Todo proceso incluye un período de recarga o de integración. De hecho, así pienses que es la actividad lo que está generando un cambio en ti, lo que hace que el efecto sea a largo plazo es ese período.
Ejemplos: imagina que en aras de cambiar tu cuerpo entrenas todos los días sin dormir suficiente y sin días de descanso. ¿Crees que lograrás ese cambio? ¿Cuánto tiempo podrías sostener ese estilo de vida? Tendrías fatiga muscular, estarías muy cansada así que no durarías mucho en este tren de vida y hasta podrías enfermarte.
Otro: estás súper apasionada por tu proyecto, trabajas día y noche sin tomarte ni un momento aparte. ¿Cuánto tiempo crees que le tomaría a tu mente, cuerpo y ánimo llegar a un crash? ¿Cuánto tomaría que otras áreas de tu vida empiecen a decaer y dime tú si eso no afecta tu nivel de pasión en el proyecto?
AJÁ 👉🏻 estás saliendo con alguien y te gusta tanto que estás disponible 24/7, te desvives por atenderle y no te atiendes a ti. ¿Qué tan alto crees que seguirá el factor atracción si no hay un YO en ese NOS?
Como entienden ahora, es en la pausa, recarga o posición de descanso que aprovechamos el esfuerzo.
Amiga mía, en el trabajo interno pasa lo mismo. Hoy por hoy hay personas que se obsesionan tanto con hacer algo que les haga sentido con esto de aumentar consciencia, seguir consumiendo información etc. que no se llevan a la pausa que permitiría integrar lo aprendido de las herramientas y poder aplicarlas. Esto es cambiar una adicción por otra y así no se verán resultados. No digo que te descuides, sino que entiendas que todo el trabajo que has hecho hay que integrarlo, ya están las semillas en ti. Que hagas la parte del trabajo que te da miedo, que es tener confianza en tus esfuerzos y disponerte a manifestar, atraer y dejarte ser encontrada en vez de estar corriendo, persiguiendo y vibrando insatisfacción.

0 comentarios:

Publicar un comentario

 

Diferentes Cielos en un Mismo Mapa Copyright © 2012 Design by Antonia Sundrani Vinte e poucos